Aprovechando que estamos en Castilla y León le he dado candela a la bicicleta y hoy completado una etapa de unos 100km.
Con el estómago, no estoy del todo recuperado, pero estoy aguantando.
Basta de quejarse. Una etapa en la que he descubierto que después de un pueblo, que se llama Sahagún, había una alternativa al camino. Una calzada romana que me ha dejado mis posaderas de aquella manera. Me acordaré siempre lo ingeniosos que fueron. Pero a la vez lo auténtico que ha sido este momento.
También ha sido emotivo recordar mi paso por León. Porque allí fue donde comencé hace tres años el camino francés a pie. A la mente se me han venido personas como el Pepino- Fernando- Mario. Grandes tipos.
Y ya mi objetivo, llegar a San Martín del Camino. Pero a 4 km el estómago ha hecho de las suyas. He parado, y al pararme jajaja creo que del cansancio, no me ha dado tiempo sacar las zapatillas de las calas, me he pegado una leche.
Divertida, emotiva, trabajada la etapa de hoy.
Feliz estoy donde me hospedo, un lugar maravilloso, donde sus hospitaleros son muy majos. Un lugar donde se respira el espíritu del camino.
Aquí un bicigrino.
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