miércoles, 25 de noviembre de 2015

MARATÓN DE VALENCIA 2015

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Era la décima maratón que completaba y los nervios estaban a flor de piel. Recordaba entonces la primera vez que me enfrenté a esta distancia. Había completado un entrenamiento de tres meses que llevaba por título “terminar la prueba”. Esas eran las aspiraciones que tenía por entonces. Ahora sigue siendo igual, primer objetivo terminar la prueba dando todo lo que pueda de mi. Pero sobretodo y por encima de todas las pretensiones, la meta es DISFRUTAR. Disfrutar de la competición, de la entrega y superación de uno mismo, del viaje, del ambiente del público y la carrera y de tus seres queridos.




A lo que la maratón se refiere, venía con buenas sensaciones por los entrenamientos que iba haciendo. Series de km para meter un poco de velocidad, ya que el entrenamiento del año me mantenía la resistencia. Entrenamientos cortos pero intensos.

No sufría tanto desde mi primera maratón
Y allí estaba, después de siete años de maratones, me enfrentaba de nuevo a la que iba a ser una maratón muy especial. Daban el pistoletazo de salida, tras el previo minuto de silencio muy emotivo por las víctimas de los atentados de Francia. Primeros 10 km muy cómodos, marcando un ritmo alto y poco normal, pero sin notar molestias de sobreesfuerzo. Llegó la media maratón y la situación seguía igual e incluso soñaba con hacer un 03.00, pero desde este momento las piernas, no sé muy bien si por deshidratación, fatiga, sobrecarga muscular o falta de magnesio en mi alimentación, me hicieron sufrir casi igual que en la primera maratón. Ahora con más experiencia que en esa ocasión, supe regular mi esfuerzo, beber y comer mejor. Pero a pesar de poner todo de mi parte, los calambres iban a ser la tónica desde el km 35. Siete kilómetros de sufrir, pero con la única idea de saber cuidarme para llegar a la soñada meta.

Me tuve que detener en dos ocasiones porque mis piernas ya no respondían. Dejé que se relajara la musculatura y continué. Cada paso o cambio de terreno, una alcantarilla o un bache, veía las estrellas.

Poco a poco me acercaba. Ya se divisaba los edificios de la Ciudad de la Ciencias y las Artes. El público se agolpaba cada vez más, te gritaban por tu nombre. Daba igual que fueras el primero o el último, la gente no paraba de animar.

Y unos pocos metros antes de la meta, estaba Marta, que había estado persiguiéndome por todo Valencia. Gracias por compartir esta locura conmigo. Te quiero.

Y ya solo podía levantar los brazos, abrir los dedos de las manos indicando las diez maratones y cerrar los puños de rabia por conquistar otro reto más.03:20.

Próxima parada la DASTIN WILSON TRAIL (50km) Villa de Vallecas – Aranjuez.

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